Entrena tu cerebro
Active la atención y el interés
La memoria necesita atención y un grado de interés, lo que lleva a hacer consciente los procesos mentales al realizar actos que generan importancia para el cerebro. La utilidad de lo grabado genera recompensa estableciendo un premio. Si queremos almacenar un número de teléfono, es necesario enlazarlo con la facilidad de su recordatorio, si le agregamos un beneficio se obtendrán los mejores resultados.
Identifiquemos nuestros valores y falencias
Debemos reconocer cuales son los elementos que nuestro cerebro memoriza con menor dificultad, si los números, los nombres, las imágenes, los acontecimientos y las secuencias de estos.
Aprenda a familiarizarse con la mnemotecnia
Los procesos de mnemotecnia se estructuran mediante cadenas ilógicas, para generar atención. Recordemos que el cerebro presta poca importancia a lo lógico, pero también ignora si no hay alguna relación de sentido o de utilidad. Si miramos una escena mientras vamos por la calle y una persona hace un turno para subirse a un autobús, es tan lógico, tan normal, que el cerebro no se detiene en detalles: pero si vemos a alguien del turno, que se sube al vehículo haciéndolo de espaldas, la atención se centra en ese evento poco común. Podemos entonces establecer una huella de memoria, recordando detalles del evento, la edad, el color del vestido, su contextura física; si se nos presenta más adelante podemos recordar: “esa fue la persona que se montó al autobús en una forma poco convencional”. Es importante recalcar que no hay estudios neurológicos serios sobre mnemotecnia.
Modifique las estrategias de mejoramiento
Los individuos que reconocen tener una mejor memoria verbal podrán usar la repetición por medio de su propia voz o grabándola, lo que genera la utilización de una habilidad previa de cerebro que se perfecciona por el uso. En cambio, una buena memoria visual permitirá almacenar las imágenes más fácilmente que las palabras, lo mismo que los números. Muchas técnicas de memorización consisten en formar números con las palabras y viceversa, la ventaja de las palabras es que se pueden encadenar en frases o cuentos cortos de contenido ilógico para poderse recuperar.
El encadenar un número a una imagen genera dos sentidos, la información multimodal genera que se recuerde alguno de los dos elementos que se combinan. Escribir tratando de recuperar la información es una medida socorrida, pero necesita el esfuerzo de recordar lo escrito antes de ponerlo de nuevo ante nuestros ojos; ese pequeño esfuerzo permite un refuerzo del proceso de almacenamiento y una vía más fácil de recuperación.
Póngale valor al aprendizaje
El sentido de utilidad de lo que se almacena en nuestra memoria, va de la mano de la importancia que genera recordarlo y el castigo que conlleva el olvidarlo. Una clave de una cuenta bancaria nos permite retirar dinero en un cajero electrónico o ingresar por internet, pero su olvido y la falla a repetición genera un bloqueo que desorganiza nuestros planes, monta una serie de dificultades y eventos engorrosos, por lo cuales no queremos pasar. Las claves almacenadas con significado para nosotros es un método muy socorrido, como la fecha de nacimiento, algunos números de la dirección o del documento de identidad, porque generan facilidad para su recuperación; esto lo saben los hackers y se vuelve un método de delito informático ampliamente usado por estos personajes.
Interésese verdaderamente en lo que se quiere memorizar
El interés genera premio. Si nos gusta la persona que nos acaban de presentar, con gran facilidad memorizamos su nombre, su teléfono y otros datos de interés; si la persona es un cliente potencial para una venta o una conexión comercial, anexaremos la empresa, el puesto, la dirección, el teléfono y la hora de la cita que nos defina. Casi nunca oímos el nombre de la persona que nos presentan, porque estamos entretenidos en decir el nuestro y es el único que oímos, simplemente porque nuestro ego, está hecho para que la persona nos oiga, que genere estatus. Se tiene que hacer un aprendizaje de oír primero el nombre del otro antes de dar el nuestro, al mismo momento repetir su nombre para que la repetición genere almacenamiento. Entre más se repite en conversación y se miren los detalles del rostro, va a generar asociación facial con el nombre propio.
La imaginación hace maravillas
Algunas técnicas de mnemotecnia agregan otro aliciente, trate de maximizar en su mente alguna de las características de su rostro, como la cejas o la nariz o su dentadura, un sobrenombre hará el resto “Don Álvaro Pérez, el dientón “, cuando le mencionen un personaje de dientes grandes va a recordar como Don Álvaro Pérez. Cuando las personas se exageran en los atributos, éstos se vuelven lugares comunes haciendo fácil para cualquiera identificarlo como término genérico, actuando al igual que los falsos galanes que llaman a toda mujer que se encuentre, “reinita”. Esta generalidad produce efectos negativos en las personas, al volverse un cliché ordinario y carente de elegancia; si usted conoce diez mujeres atractivas, todas serán parte de su reinado personal pero no podrá recordar la mayoría de sus nombres.
Sacado del libro “Más allá del cerebro, el verdadero control”, del neurólogo Rodrigo Isaza Bermúdez.
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